"LA FORMA DE LAS COSAS" (de Neil Labute)
(o la verdad del deseo)
Ayer nos juntamos a darle forma a lo que vimos/sentimos/oímos de la obra dirigida por Daniel Veronese.
Aquí sólo un par de líneas de las tantas cosas surgidas:
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Una película que he sugerido para poner en diálogo con esta obra:
"Vértigo" de Hitchcock
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Se habló del conflicto que instala de entrada la obra:
"forma tímida y vueltera" vs "forma frontal y auténtica" (ay, las formas...)
En ello estábamos cuando al calor de lo que fue sucediendo con ese choque de fuerzas, alguien planteó:
"¿se puede creer más en lo que se ve que en las palabras?".
Ipso facto apuntamos:
el problema de esa pregunta es que nos deja girando en redondo,
¡porque todo lo que vemos, lo vemos con palabras!.
¡¿Eh?!
Ejemplo (de hecho pasó con público de la obra, ¡pasa todo el tiempo con las personas!):
la tendencia a darle forma a las formas que se ven.
(es decir que las formas siempre están "formateadas" por el que mira, siempre están "contaminadas" de significaciones)
Así:
El público ve en el inicio de la obra a un hombre y a una mujer que empiezan a relacionarse.
Pero esa "forma hombre" y "esa forma mujer" son para ese público "un tipo dubitativo, temeroso de nombrar las cosas por su nombre" y "una mujer resuelta que llama a las cosas por su nombre".
Ya en eso uno puede oler el perfume del "formateo" de las formas. Sin embargo alguien más del público nos objeta: "che, todos vimos lo mismo, no hay ningún formateo, es objetivo".
Tiramos entonces un poquito más de la piola y nos encontramos con que ese público mientras ve esas formas piensa, casi sin darse cuenta: "mmm, ¿qué hace semejante hombre con esta mujer?".
¿Qué hay allí sino esa tendencia a darle forma a las formas, a ver con los anteojos de un ordenamiento simbólico que sostenemos de antemano y en el que las cosas con sus formas han de calzar sí o sí? (si no calzan, no hay problemas: le agregamos, o le quitamos, un poquito de carne)
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¿No hay en ese darle forma a las formas una tendencia que es propia del amor?
Más aún: ¿no hay en el amor cierta necesidad de calce sin remanente?
Surge otra resonancia de obra, ahora teatral: "Pigmalión" de Shaw
Y surgen dos resonancias más, en el cine:
"El tiempo" de Kim ki duk respecto de lo que en cada quien se agita (y la compulsión a resolverlo a nivel de las formas que se pueden formatear)
y "La prueba" (¡ojo!: no aquella en la que trabaja Anthony Hopkins sino una australiana dirigida por Jocelyn Moorehouse en 1991): la historia de un ciego que saca fotos porque está convencido de que con las palabras se puede mentir pero con lo que está a la vista no. (je...)
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Un procedimiento dramatúrgico que me parece activa Labute, sirviéndose de esa tendencia a darle forma a las formas:
inyecta en el público la sospecha de la infidelidad,
la desliza bajo sus pies como una cáscara de banana.
Una infidelidad que va muy bien con aquella tendencia, ya apuntada, a ordenar el mundo:
"la extrovertida con el extrovertido, el vueltero con la vueltera..."
Una vez que el público está ocupado en las formas adecuadas de las cosas...
pasa lo que pasa.
Sorpresa.
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Apunte de una frase de Pablo (Fernán Mirás), ya sobre el final:
"en el arte tiene que haber una línea separadora entre el decir algo y el llamar la atención"
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Por último, y sin develar el final de la obra:
esa escena filmada, pasada una y otra vez...
¿qué es sino la prueba de que aquello que es del orden del deseo no se resuelve a nivel de las formas, aunque ellas le presten su soporte?
(ya sabemos: las formas en su vertiente de palabras y en su vertiente de imágenes).
¿Qué otra cosa le sucede a Pablo sino vivenciar el deseo?.
(que es lo mismo que decir:
experimentar que el otro nunca es objetivable, nunca es de una sola pieza)
¡Ojalá todo pudiera cerrarse con un "ella es tal cosa y quería tal otra"!...
Pero no: hay un resto, enigmático.
Algo del deseo de ella no puede reducirse a eso.
Y esa escena que rebobina una y otra vez es la prueba.
Tal vez Pablo, como Scottie en "Vértigo", se esté preguntando:
"¿qué hay en la cabeza de una mujer?".
Mientras tanto, arriesguemos aquí un cierre a este par de reducidos apuntes:
el deseo,
lo que resta de la forma de las cosas.